Lucy Buj, recordada como la güerita de las trencitas, alcanzó fama en la Época de Oro del cine mexicano con papeles emblemáticos en María Isabel, El libro de piedra y Primera comunión.
Aunque su carrera fue breve, su actuación dejó una huella imborrable. Hoy, tras más de cinco décadas fuera de los reflectores, su vida actual es el foco de curiosidad. Te mostramos el antes y después de una de las actrices mexicanas más recordadas de la infancia durante la década de los 60.
Así luce Lucy Buj en la actualidad
A lo largo de los años, su imagen ha reaparecido ocasionalmente en medios y redes, sorprendiendo a muchos que aún la recuerdan como aquella niña rubia de los años 60. Hoy, su rostro maduro refleja serenidad, experiencia y la calidez que siempre la caracterizó.
Las comparaciones del antes y después revelan más que un cambio físico: muestran la evolución de una mujer que supo reinventarse con dignidad y alejarse de la fama cuando fue necesario.
Trayectoria
Lucy Buj conquistó la pantalla grande siendo apenas una niña. Su rostro dulce, sus trenzas rubias y su talento natural hicieron que se convirtiera rápidamente en una de las actrices infantiles más queridas del cine mexicano.
Participó en películas entrañables como María Isabel, El libro de piedra y Primera comunión, dejando huella con personajes que aún viven en la memoria de quienes crecieron viéndola.
Su interpretación como Rosa Isela, la hija de Silvia Pinal en María Isabel, es una de las escenas más emblemáticas del cine nacional. A pesar de su corta edad, Lucy lograba transmitir emociones profundas y complejas, sorprendiendo a directores, actores y al público con su capacidad actoral. Muchos la consideraban una estrella en ascenso con un futuro brillante en el medio artístico.
Un adiós inesperado al cine
Sin embargo, su carrera fue breve. A los 11 años, decidió retirarse del cine tras una experiencia negativa con un director. Aquello marcó un punto final en su vida artística, pero el inicio de un nuevo camino personal. Lucy optó por una vida alejada de los reflectores, centrada en su desarrollo académico y profesional.
Se convirtió en intérprete de idiomas, traductora y maestra de inglés en León, Guanajuato. También se casó, tuvo una hija, y con el tiempo encontró estabilidad junto a su esposo argentino, con quien lleva más de tres décadas.
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