
Dos traficantes de personas fueron sentenciados este viernes por la muerte de 53 migrantes, entre ellos seis hondureños, quienes murieron asfixiados dentro de un tráiler abandonado en Texas en 2022, en uno de los episodios más trágicos del tráfico humano en la frontera entre México y Estados Unidos.
Un tribunal federal de Texas condenó a cadena perpetua a Felipe Orduna-Torres, de 32 años, y a 87 años de prisión a Armando González-Ortega, de 53, al encontrarlos culpables de haber participado en la operación que terminó con la vida de decenas de personas.
Las víctimas hondureñas fueron los hermanos Alejandro y Fernando Caballero, y Margie Tamara Paz Grajeda, novia de Alejandro, originarios de Las Vegas, Santa Bárbara.

También murieron Adela Ramírez, de Cuyamel, Omoa (Cortés), quien buscaba reencontrarse con su madre y hermana en Estados Unidos; Jazmín Nayarit Bueso, de 37 años, de El Progreso; y Belkis Esmeralda Anariba Cáceres, de 33 años, originaria de Victoria, Yoro.
Todos ellos formaban parte de un grupo de migrantes procedentes de Guatemala, Honduras y México, que habrían pagado entre 12,000 y 15,000 dólares cada uno para cruzar ilegalmente hacia Estados Unidos.
Durante el juicio, el juez leyó los nombres de cada una de las víctimas y mostró sus rostros.
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